Es una comedia francesa con algo de vodevil en la que se escuchan canciones de Charles Aznavour y Gilbert Bécaud y música de Liszt y Beethoven.Una viejita encantadora y su nieta Jessica (Cécile De France) llegan a Paris. La primera consigue trabajo en el Ritz y la joven comienza a trabajar en el Café des Théâtres. Allí atiende a tres personajes vinculados al arte: Jean-François Lefort (Albert Dupontel), el coleccioniste de arte Jacques Grumberg (Claude Brasseur) y la actriz Catherine Versen (Valérie Lemercier). Ninguno de ellos es feliz y los tres conviven en esta comedia agridulce que muestra a cada uno con su crisis personal: el primero desea salir de un presente de gloria, el segundo recuerda un pasado de riqueza y la tercera, una neurótica, que llama la atención de un director de cine (Sydney Pollack).Este film coral muestra en su secuencia final el clímax de cada una de esas situaciones a las que presenta simultáneamente: el concierto del pianista, el remate del coleccionista y el estreno teatral de la actriz.A lo largo del film, la protagonista se enfrenta a un mundo, que alguna vez creyó hermoso, pero que los acontecimientos de la vida la obligan a acomodar sus ilusiones a una perspectiva más realista.Es una película sobre la búsqueda de la felicidad y sobre lo que cada uno debe hacer para lograrla. A veces es emotiva, fresca y con algo de humor. Por eso es llevadera, con mucho arte, música, diálogos, vistas de París y con una protagonista ingenua y risueña.